Servir cerveza es una acción muy frecuente en fiestas, eventos o reuniones entre amigos o familiares. En este sentido es importante conocer las claves para hacerlo bien y evitar el exceso de espuma en el líquido.
Para lograr servir correctamente una cerveza es indispensable aplicar una serie de pasos o claves; primero y principal, debes enjuagar con agua fría el vaso en el que se servirá la cerveza y mantenerlo mojado. Así, se formará una suerte de película de agua fina que hará que la cerveza resbale y su espuma se forme correctamente.
Al mismo tiempo, el vaso o copa tiene que estar colocado a 45°C y con la botella o jarra en horizontal; en este modo, hay que arrojar el chorro hasta el punto medio de la pared. Luego, cuando el nivel del mismo se encuentre a 3 o 4 CM del borde, debes poner el vaso en vertical y continuar echando el líquido hacia el medio de la superficie desde una altura de entre 8 y 15 centímetros.
Pese a requerir de mucha precisión, estas medidas son muy necesarias para no producir un exceso de espuma en el vaso. Si esto sucede, hay que esperar algunos minutos a que desaparezca y, en ese lapso, la cerveza pierde frío.
Por su parte, es muy recomendable dejar el culín en la cerveza, sobre todo si es artesanal. A su vez, es importante servirla con convicción ya que una extrema lentitud formará mal la espuma; claro está, tampoco es útil hacerlo de forma apurada.
La temperatura de la cerveza, la otra clave
Si bien es imprescindible que la cerveza se encuentre fría, la misma no puede estar por debajo de los 5°C porque impide apreciar sus matrices. Por eso, si tienes mucho calor y deseas tomar una cerveza helada, se aconseja que esta última sea servida a la temperatura mencionada y, luego, se ponga el vaso en el congelador durante cinco minutos.
Más allá de esto, cabe destacar que existen diferentes tipos de cervezas, por lo que cada una dispone de claves para ser echada en un vaso o copa y que resulte exquisita.